miércoles, 30 de mayo de 2012

CURRICULUM CON ENFOQUE COGNOSCITIVO

El curriculum abarca desde una visión restringida asociada a un programa estructurado de contenidos disciplinares, al conjunto de experiencias provistas principalmente por la escuela, hasta una visión más amplia que señala que el curriculum es construido por los sujetos en un contexto sociocultural determinado. Soto (2002) señala que el curriculum no es neutro y debe ser considerado a partir de la tríada: profesor, contenido cultural y alumno conforme a los tipos de hombre y sociedad deseados por la sociedad organizada, y de los enfoques teóricos y las correspondientes prácticas concordantes con ellos que orientan esa interrelación. Grundy (1991) señala que el curriculum no es un concepto, sino una construcción cultural, por lo tanto explica la forma de organizar un conjunto de prácticas educativas humanas. En este sentido, el currículum no es algo a priori, sino que responde al contexto social.

 "Un curriculum cognitivo para enseñar a pensar a alumnos y alumnas de Educación Infantil", pretende fomentar la enseñanza de estrategias generales dentro del curriculum ordinario en las primeras etapas educativas. Enseñar a pensar a nuestros alumnos en este periodo, cuando la plasticidad de sus estructuras cognitivas son evidentes, les ayudará, sobre todo, a tener éxito. Esta constante reflexión sobre su propio pensamiento, estas habilidades de tipo metacognitivo serán las bases necesarias para un aprendizaje reflexivo, creativo y autosuficiente, tan necesario en nuestras aulas actuales. Para pensar de una manera eficaz, se necesita un curriculum dirigido a la enseñanza de procesos cognitivos con el objeto de proporcionar al alumnado herramientas de pensamiento para que las puedan transferir a las diferentes actividades y áreas curriculares y, en definitiva, a la solución de problemas novedosos. Asimismo, pretendemos abrir nuevas vías frente a la creciente demanda que presentan los padres a participar colaborativamente con los profesores en la educación formal de sus hijos.

            El propósito principal es que los niños aprenden explorando activa y libremente el medio, "a través de su propia experiencia y no a través de un programa didáctico de la profesora". El educador, como observador participante, debe ser capaz de conocer el proceso de desarrollo de cada niño, ofreciéndole actividades que sean de su interés y apropiadas a su nivel; y como adulto creativo, de organizar el espacio (sala de actividades) y el tiempo (rutina diaria) para que el niño se desplace libremente, interactúe con los demás niños y adultos, y lleve a cabo sus planes de trabajo.

El enfoque cognitivo supone que los objetivos de una secuencia de enseñanza, se hallan definidos por los contenidos que se aprenderán y por el nivel de aprendizaje que se pretende lograr. Por otra parte, las habilidades cognitivas a desarrollar siempre se encuentran en vinculación directa con un contenido específico.

En síntesis, son tres etapas en el proceso de enseñanza, la primera pretende preparar al alumno a través de la búsqueda de saberes previos que podrían propiciar u obstaculizar el aprendizaje, la segunda, la de activar los conocimientos previos al presentar los contenidos y, finalmente, estimular la integración y la transferencia en virtud de la nueva información adquirida.

                        

En el currículum, sólo destacan los contenidos en la medida que activan procesos mentales, por lo tanto se responde fundamentalmente a las preguntas de cómo y qué llega a conocer el sujeto.

Al elaborar el plan curricular debemos tener en cuenta el desarrollo de la inteligencia, es decir las etapas como la sensoria motriz, la etapa pre operacional, la de las operaciones concretas y de las operaciones formales.  Lev Vigostky, con su teoría socio-cultural, se refiere a las zonas de desarrollo real, potencial y zona de desarrollo próximo. David Ausubel, con su teoría cognitiva, con el aprendizaje significativo.

En esta misma línea, Ferrada (2001) comprende el curriculum como una construcción social que surge de las múltiples y diversas interacciones de los sujetos que componen una comunidad educativa contextualizada histórica y socialmente, sujeta tanto a relaciones de imposición, como también de diálogo, y en que los procesos de selección, transmisión y evaluación del conocimiento educativo que lo conforman, pueden constituir una instancia significativa para producir las transformaciones necesarias que conduzcan hacia una sociedad construida con la participación igualitaria de todos los sujetos que la componen. Las teorías curriculares constituyen «clasificaciones que sistematizan las distintas orientaciones teóricas presentes en el campo curricular, convirtiéndose en marcos ordenados de las concepciones sobre la realidad que abarcan, y pasan a ser formas, aunque sólo sean indirectas, de abordar los problemas prácticos de la educación» (Gimeno Sacristán, 1988, 44). El trabajo que presentamos se sustenta fundamentalmente en los planteamientos curriculares de Ferrada (2001) y las perspectivas y enfoques curriculares posteriormente pasan a constituirse en categorías teóricas bajo las cuales se realizan.

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