La enseñanza constructivista considera que
el aprendizaje humano es siempre una construcción interior, aun en el caso de que
el educador acuda a una exposición magistral, pues ésta no puede ser
significativa si sus conceptos no encajan ni se ensartan en los conceptos
previos de los alumnos.
El Modelo Constructivista está centrado en la
persona, en sus experiencias previas de las que realiza nuevas construcciones mentales,
considera que la construcción se produce:
a. Cuando el sujeto interactúa con el objeto del
conocimiento(Piaget)
b. Cuando esto lo realiza en interacción con otros (Vigotsky)
c. Cuando es significativo para el sujeto (Ausubel)
Las
características de la enseñanza constructivista parten del precepto de que el aprendizaje humano
es siempre el producto de una construcción mental interior, ya sea uno el
primero o el último en entender el nuevo conocimiento. Flórez Ochoa
(1994) las define en cuatro acciones fundamentales:
1. Parte de las
ideas y esquemas previos del alumno.
2. Prevé
el cambio conceptual
y su repercusión en la estructura mental, a partir de la construcción activa
del nuevo concepto por
parte de los alumnos.
3. Confronta
las ideas y preconceptos afines al concepto que se enseña.
4. Aplica el
nuevo concepto a situaciones concretas y lo relaciona con aquellos previos a
fin de ampliar su transferencia.
De este modo
tenemos una determinada secuencialidad
de las actividades que puede favorecer el mayor grado de significatividad
de los aprendizajes, dentro de un proceso que contribuye al mismo tiempo a que
el alumno aprenda nuevos contenidos (sepa), aprenda a aprender (sepa hacer) y
aprenda que puede aprender (mejore su autoestima y auto
concepto). Antoni Zabala Vidiela (1995) describe esa secuencialidad
con actividades que sirvan respectivamente para:
·
Determinar los contenidos previos de los alumnos en
relación a los nuevos contenidos de aprendizaje.
·
Plantear contenidos de manera significativa y
funcional.
·
Adecuarse al nivel de desarrollo de cada alumno.
·
Representar un reto abordable por el alumno,
permitiendo crear zonas de desarrollo próximo a intervenir.
·
Estimular la autoestima y el autoconcepto para que el
alumno sienta que vale la pena su esfuerzo.
·
Facilitar la autonomía del alumno frente a los
aprendizajes, mediante la adquisición de habilidades relacionadas con el aprender a aprender.
El constructivismo tiene como fin que el alumno construya su propio
aprendizaje, por lo tanto, según TAMA (1986) el profesor en su rol de mediador
debe apoyar al alumno para:
1.- Enseñarle a pensar: Desarrollar en el
alumno un conjunto de habilidades cognitivas que les permitan optimizar sus procesos de razonamiento
2.- Enseñarle sobre el pensar: Animar a
los alumnos a tomar conciencia de sus propios procesos y estrategias mentales (metacognición) para poder controlarlos y modificarlos (autonomía), mejorando el
rendimiento y la eficacia en el aprendizaje.
3.- Enseñarle sobre la base del pensar: Quiere decir incorporar objetivos de aprendizaje relativos a las
habilidades cognitivas, dentro del currículo escolar.
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